No es nada nuevo que los viajes son metáforas de la vida, porque tienen un inicio y un fin, porque nos encontramos y compartimos parte del camino con otros viajeros que nos hacen pensar sobre otras formas de viajar (y de vivir) y porque en resumidas cuentas un viaje es como una vida dentro de otra vida, viajar es asomarse a la vida cuando la vida no es tu vida. Más allá de la experiencia del voluntariado, de la que creo que es fácil hacerse una idea con el blog que ha compartido Helena con tanto cariño, me gustaría contaros también que he tenido la oportunidad de hacer el viaje junto a dos mujeres de quitarse el sombrero. Helena y Carmen se conocen desde que eran poco más que bebés. Desde entonces han compartido mucho, encontrándose muchas veces pero sobre todo, y con más intensidad, en esos momentos singulares cuando queremos compartir lo bueno que hemos encontrado o, todo lo contrario, cuando lo malo nos sobrepasa y necesitamos compartir su peso. Para mí ha sido un regalo extraordinario poder vivir, convivir y conocer esa complicidad y cariño que estas dos amigas saben cuidar y mantener. Gracias Carmen, gracias Helena.
Igual que cuando en un viaje descubrimos un paisaje maravilloso y nos giramos buscando a alguien a quien decirle "¡eh, mira eso!", está en la naturaleza humana querer compartir aquello que es bueno para nosotros. Cuando Helena comenzó a escribir el blog creo que su idea principal era compartir la experiencia y animar a otras personas que, como nosotros, deseasen hacer un voluntariado de este tipo sin haber tenido previamente experiencia o formación como voluntarios. Son muchas las dudas que surgen y en nuestro caso tan sólo contábamos con una vaga idea de lo que queríamos hacer. Los consejos de otros voluntarios que compartieron su experiencia con nosotros nos ayudaron a dar el primer paso. Después resulto que en el camino muchas personas nos dieron la mano y nos fueron guiando. Gracias a todos los que nos ayudaron y muy especialmente a toda la gente Abay.
Ya es sabido que el viaje puede acabar llevándote a un destino distinto al que se tenía previsto. Los que tengan la oportunidad de hacer un voluntariado y se animen, estoy seguro de que encontrarán el mismo tesoro que nosotros hemos encontrado. Gracias a todos aquellos niños y niñas a los que iba dirigida nuestra "ayuda". Qué tolerantes y cariñosos fueron siempre a pesar de las torpezas que pudimos cometer. Sin duda nosotros hemos recibido mucho más de lo que pudimos aportar.
Paco.
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